Sector de transportistas paraliza actividades ante extorsiones

La medida de protesta busca visibilizar el impacto de la inseguridad, la extorsión y la criminalidad que afectan al sector transporte.
Este jueves 21 de agosto se lleva a cabo el paro de transportistas convocado por varios gremios integrado por sindicatos de Lima y Callao. La medida de protesta busca visibilizar el impacto de la inseguridad, la extorsión y la criminalidad que afectan al sector transporte.
Gremios participantes en la movilización

Entre las organizaciones que acatan la medida se encuentran la Cámara de Transporte Urbano, el Consorcio Empresarial del Callao, la Confederación Nacional de Transportistas y Conductores del Perú, la Confederación Nacional de Mototaxistas del Perú y la Asociación Metropolitana de Transporte Urbano, entre otros.
El reclamo central es que el Gobierno, encabezado por Dina Boluarte, implemente medidas concretas frente a las mafias que amenazan a transportistas en diferentes zonas de la capital.
Demandas frente a la inseguridad y la extorsión
Los gremios advierten que la criminalidad ha llegado a niveles críticos, con numerosos casos de extorsión a conductores y empresas de transporte. Esta situación, señalan, pone en riesgo la continuidad de sus operaciones y afecta directamente a los pasajeros.
La protesta pretende que el Ejecutivo y el Congreso brinden una respuesta inmediata y diseñen políticas efectivas contra estas modalidades delictivas.
Líneas de transporte que mantienen operaciones
En paralelo al paro, algunas empresas han decidido continuar con su servicio. Entre ellas figuran El Rápido, Etuchisa (Los Chinos), Polo S.A.C. (Los Loritos), Etulsa, Cruz del Centro, San Felipe Express, Vipusa (Anconeros), Nuevo Perú y Etsrla S.A.C. (La Z).
Estas unidades han permitido sostener parcialmente la movilidad en Lima y Callao, aunque usuarios reportaron congestión en varias vías principales.
Perspectivas tras la protesta del 21 de agosto

El paro de transportistas representa un nuevo episodio de presión gremial en un contexto de creciente violencia urbana. Los organizadores advirtieron que, de no obtener una respuesta concreta de las autoridades, se evaluarán nuevas jornadas de protesta en las próximas semanas.
La Policía Nacional desplegó efectivos adicionales en el Centro de Lima para evitar disturbios y garantizar el orden durante la manifestación.