González: El Estado cede ante presiones sociales en Machu Picchu

Carlos González, presidente de la Cámara de Turismo de Cusco, advierte que la actual gestión de Machu Picchu perjudica al turismo formal
La gestión de Machu Picchu podría ser declarada en emergencia. Así lo solicitan gremios turísticos de Cusco ante lo que consideran un colapso administrativo del principal atractivo del país.
En diálogo con Canal N, Carlos González, presidente de la Cámara de Turismo del Cusco, sostiene que las decisiones gubernamentales han deteriorado gravemente la experiencia del visitante y la economía local.
El problema se originó durante el gobierno de Pedro Castillo, cuando se autorizó la venta presencial de boletos en Machu Picchu Pueblo, contraviniendo una resolución ministerial que ordenaba ventas virtuales desde Cusco.
Esta medida, calificada como “antitécnica”, ha generado colas de hasta tres días y una distribución irregular de entradas.
Gestión deficiente y pérdida económica
Carlos González explicó que, aunque se autorizó la venta de mil boletos diarios en ventanilla, solo se colocan entre 400 y 600.
Esto genera una pérdida de hasta 500 visitantes diarios, lo que se traduce en una afectación directa a los ingresos del Estado y de los operadores turísticos, además de frustrar los planes de miles de viajeros.
Los gremios han solicitado una auditoría al Ministerio de Cultura y a la Contraloría General de la República, ante sospechas de que los boletos no vendidos están siendo desviados o utilizados fuera del sistema formal. Hasta la fecha, no han recibido respuesta.
Críticas al Ministerio de Cultura
La medida fue adoptada sin consulta, pese a advertencias previas del sector privado sobre los impactos negativos. El representante gremial señala que no solo ha empeorado la experiencia del visitante, sino que ha perjudicado la imagen del Cusco como destino turístico global.
González cuestiona la falta de liderazgo del Ministerio de Cultura y del propio Ejecutivo, a quienes acusa de ceder a presiones sociales. “Somos el único país de la región que no recupera cifras prepandemia en turismo”, enfatizó.
Machu Picchu no sufre de sobrecarga, sino de mala gestión
Contrario a lo que afirman algunos medios internacionales, González sostiene que Machu Picchu no está saturado. Explica que el aforo diario —4,600 personas en temporada baja y 5,400 en alta— es manejable, pero que no existe planificación para diversificar los circuitos, mejorar la conectividad ni desarrollar los centros de visitantes.
El Plan Maestro de Machu Picchu, aprobado en 2019, permanece estancado por presiones políticas. Esto impide una gestión moderna del sitio y abre las puertas a la informalidad. “La economía ilegal está penetrando el turismo. Y Machu Picchu es un objetivo principal”, advirtió.
Participación del sector privado y eliminación de la venta presencial
En conclusión, la declaratoria de emergencia permitiría proteger el parque ante bloqueos sociales, incluir al sector privado y a la academia en las decisiones, y eliminar la venta presencial de boletos.
En esa línea, el presidente de la Cámara de Turismo de Cusco subraya que estas medidas son clave para reactivar la industria turística formal en el país.